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DIOS ES EL CREADOR  

Empecemos por conocer al Creador. La Biblia cuenta el origen del Reino de Dios, y según  estudiosos y profesionales, su relato tiene sentido. En Génesis 1.1 dice “En el principio Dios  creó los cielos y la tierra”, y Nehemías 9:6 describe a Dios como “el que hizo los cielos, y los  cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo  que contienen”. Génesis 1.1 nos dice “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. 

Nehemías 9:6 relata: “Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con  todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú  vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. 

Este Dios soberano, autosuficiente, amoroso y sabio creó una criatura especial: el ser humano,  a quien dotó de atributos como la personalidad y moralidad para que tuviera su semejanza  (Génesis 1:27). Fuimos creados para disfrutar a Dios y reflejarlo en la tierra (Salmos 73:25-26,  8:4-8). La creación de Dios era perfecta. (Génesis 1:31). Había pureza, felicidad y bendición  plena (Génesis 2:25, Romanos 14:17, Génesis 1:28). 

Es necesario comprender los propósitos por los cuales Dios nos creó. Definiremos dos de estos  propósitos que nos ayudarán mucho a pensar y evaluar nuestras vidas: 

– Disfrutar a Dios. Fuimos creados para conocer y disfrutar de nuestro creador, quien es  la mayor y más excelente imagen de todo lo bueno. Salmo 73.25-26 

– Reflejar a Dios. Fuimos creados para reflejar a Dios aquí en la tierra. Su amor, su  belleza, su autoridad y mucho más. Salmo 8.4-8 

Dios culminó su obra con este ser amado y especial con propósitos bien altos y claros como los  que hemos definido. Al hacerlo se tomó el trabajo, como todo buen arquitecto, de hacer una  evaluación de toda su obra y los resultados fueron maravillosos. Veamos como lo dice la Biblia  en Génesis 1.31 “Dios vio todo lo que había hecho y era bueno en gran manera”. Sí todo era  hermoso y perfecto. Algunas de las cualidades de esta creación que nos llaman a querer ser  parte de ella eran: 

– Pureza e inocencia. Génesis 2.25 

– Felicidad. Romanos 14.17 

– Bendición Plena. Génesis 1.28 

Nuestros corazones se sienten atraídos hacia ese mundo ideal. En algún rincón de nuestros  corazones sentimos nostalgia de algo que alguna vez tuvimos y hoy añoramos. 

LA CAÍDA DEL HOMBRE 

Pero la historia continúa. Este mundo bueno y hermoso creado por Dios no es parecido a la  realidad en la cual vivimos, lo que nos lleva a preguntarnos ¿qué pasó? 

Esta es la respuesta que abordaremos ahora. Dios que lo había creado todo bien, dio a algunas  de sus criaturas la capacidad de apreciar y disfrutar, como también de decidir. Así fue que  primero satanás (podrás encontrar estos relatos en Ezequiel 28.12-15,17 y en Isaías 14.12-15  en La Biblia) y luego el ser humano tentado por satanás (Génesis 3.1-7) quisieron ser como  Dios, lo cual llevó a ambos a rebelarse contra Dios y su plan maravilloso. Este fue el principio  de la decadencia de la humanidad. 

La razón principal de esta ruina fue la incredulidad. El hombre no confió en las palabras del Dios que lo había hecho todo bueno y perfecto. No confió en su bondad ni su intención al  crearlo. Por el contrario, creyó el engaño y la mentira de que Dios no quería que fuera como Él.  Esto lo alejó de Dios y le trajo su ruina. 

Esta fue nuestra triste realidad, la realidad de todos los hombres. Nos rebelamos contra el Rey  del universo. Es esta rebelión la misma que hoy sostenemos y a la cual la Biblia llama  “Pecado”. Podemos definir al pecado en las siguientes categorías que nos ayudarán a evaluarlo  también en nuestras propias vidas: 

– Idolatría: Decidimos hacer nuestros propios dioses y adorarlos, dejando a Dios y su  verdad de lado.  

   Romanos 1:25: “Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y  sirvieron a las criaturas antes que al Creador, quien es bendito por los siglos.  Amén.” 

– Rebelión: Nos revelamos contra Dios y su verdad y decidimos crear nuestras propias  leyes de vida ignorando así la voluntad de Dios. 

   1 Juan 3:4 “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley, pues el  pecado es infracción de la ley.” 

– Necedad: Nos transformamos en necios, negando la realidad de un Dios que es  evidente en tantas formas, aún en nuestras propias conciencias. 

   Salmo 14:1: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido,  hacen obras abominables; no hay quien haga el bien.” 

El habernos revelado contra Dios trajo consecuencias nefastas para la humanidad hasta  nuestros días. Veamos en este transitar cuales fueron las consecuencias y analicemos como  nos afectan hoy: 

– Dios se retira de la tierra: Como consecuencia del rechazo de la autoridad de Dios por  parte del Ser Humano, Dios decide dejar la tierra como su morada. 

– El Hombre es expulsado de su presencia: Ya no vivimos más en continua y constante  comunión con Dios. El pecado nos ha separado de Él y eso nos hace vivir en continuo sufrimiento, anhelando aquello que hemos perdido. 

– Dios retira su favor del Hombre: Perdimos la capacidad de disfrutar del amor de Dios y  de todo lo creado, como al principio, lo cual hacía la vida del hombre completamente  alegre y feliz. 

– La muerte entró al mundo: Desde ese momento todo está destinado a perecer y  enfrentar la muerte. El brillo de la vida va palideciendo con el correr del tiempo para  todos.

– La creación entera se corrompe: A causa de la rebelión del ser humano toda la  creación es sometida a corrupción y deterioro. Como mayordomo que era de todo, el  hombre, con su mala decisión llevó toda la tierra a la perdición. 

– La maldad se trasladó a toda la humanidad: Desde ese momento todos nacemos con inclinaciones malas (celos, envidias, orgullos, engaños, etc.) Podemos verlo a cada  paso, desde nuestra niñez podemos notar las consecuencias de nuestra maldad. 

– El Hombre es entregado en manos de satanás: Toda la humanidad quedó bajo el  dominio del diablo, quien se ocupó y se ocupa de llevarla a la misma destrucción por  medio de sus engaños.  

Estas consecuencias son suficientes para llamarnos a hacer un alto en el camino y pensar en lo  grave de nuestro estado. Ha sido terrible nuestra rebelión y las consecuencias de una vida en  independencia de Dios solo nos han traído más y más calamidades. 

LA BUENA NOTICIA 

Pero continuemos, veamos un poco más adelante, un poco más allá de ese pantano de  oscuridad y terrible miseria por el cual hemos pasado. La historia continúa y se puede  vislumbrar una hermosa llanura floreciente donde todo está en armonía. 

Es que Dios, en su inmenso amor, no dejó este mundo perdido. 

Mostrando su Gracia (dándonos lo que no merecemos) y su misericordia (no dándonos lo que  sí merecemos) trajo respuesta y solución al conflicto de nuestra rebelión y sus nefastas  consecuencias. 

Marcos 1:14 “Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El  tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el  evangelio”. JESÚS vino al mundo a anunciarnos que nuevamente el Reino de Dios se había  acercado. El Rey que había abandonado la tierra como juicio por la maldad de sus criaturas  ahora volvía con una respuesta definitiva para que todo vuelva a ser bello y bueno como al  principio. 

¿Pero cómo? ¿Cómo Dios siendo justo podía perdonar y olvidar los pecados del Ser Humano  que merecían castigo y muerte? 

Acá es donde el camino se pone hermoso para nosotros, los culpables, los rebeldes, los  pecadores. Somos nosotros quien merecemos castigo y dolor por nuestra maldad desde el  principio. Sin embargo Dios ideó un plan perfecto para que todo sea restaurado como al  principio por medio de Jesús. Conozcamos más sobre ese plan: 

– En Isaías 53.10-12 se nos relata cómo Dios, desde antes del comienzo de los tiempos, había decidido quebrantar y castigar a su Hijo, para salvar a sus criaturas perdidas y así  restaurar su reino. La Justicia de Dios no podía pasar por alto el pecado y rebelión del  ser humano. Por esta razón es que Jesús, siendo perfecto, sin haber pecado jamás, sin  haber hecho, y ni siquiera pensado nunca nada malo tuvo que padecer nuestro  castigo. 

– En Filipenses 2.5-8 vemos que Jesús siendo Dios, no consideró su condición divina como una oportunidad para castigarnos, sino que, humillándose, se hizo como  nosotros (el Creador haciéndose criatura) con la finalidad de poder salvar así a los  hombres. Él vino al mundo y se hizo un hombre por amor.

– Jesús, lleno del poder de Dios, vivió una vida perfecta, haciendo siempre la voluntad de  Dios agradable y perfecta y sin rebeldía en su corazón. 

– A pesar de esta vida perfecta Jesús dio su vida, muriendo en una cruz como el peor de  los pecadores con la finalidad de pagar nuestra deuda. Marcos 10:45: “Porque el Hijo  del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por  muchos.”  

– Este mismo Jesús resucitó al tercer día, como muchos testigos lo corroboran,  venciendo así la muerte y el pecado y dándole a quienes creen en Él la victoria sobre la  rebeldía y la misma muerte. 

– Jesús es el Rey de todos los hombres. Hoy gobierna sobre todo. Venció al infierno y su  Reino es real entre quienes han decidido rendir sus vidas en fe y arrepentimiento. – Como muestra de su autoridad y gobierno ha capacitado a Su Iglesia en todos los  tiempos para llevar este mensaje en el poder del Espíritu Santo, para que de esta  manera todos puedan saber la verdad de todas las cosas. 

Estas son buenas noticias para quienes estábamos perdidos, sin esperanza. Por medio de  Jesús, Dios nos llama justos. Él tomo nuestros pecados y nos dio su vida perfecta para que  nuevamente podamos caminar con Dios viviendo en su voluntad y disfrutando de su amistad y  gobierno. 

LA RESTAURACIÓN DEL REINO 

Aunque hoy no vemos todos los beneficios de este Reino restaurado, si lo vemos en las vidas  de aquellos que viven felices con Jesús. 

Pero un día Él regresará para restaurar todas las cosas como al principio. Ese será un día  maravilloso para algunos y terrible para otros. Algunas de las cosas que La Biblia nos enseña  sobre ese día son: 

– Será un día de Juicio: Jesús regresará como el juez de toda la tierra y juzgará con  perfecta justicia a todos aquellos que rechazaron su voluntad como Rey y Salvador, y  los castigará con severidad por la eternidad. 

– Será un día de consuelo: Jesús traerá reposo y paz para quienes pelearon contra  satanás y este mundo perverso para mantener su fe. Quienes lleguen al final habiendo  confiado en Jesús como el ser más hermoso, valioso y bello serán consolados por Él. 

– Día de restauración: Toda la creación será restaurada como al principio. Todo volverá a  ser perfecto y armonioso. La maldad ya no existirá y disfrutaremos para siempre de  nuestra amistad con nuestro creador. 

LA ESPERANZA DE LOS HIJOS DE DIOS 

Qué maravilloso final para la verdad del Reino de Dios. 

Un hermoso final para quienes decidan pensar, entender y aceptar esta verdad como la  realidad de todas las cosas. Así como las consecuencias del primer pecado y también de los nuestros solo nos llevan a la ruina y más destrucción, las consecuencias de la obra de Cristo  solo nos llevan a la restauración de su propósito original en nosotros. Y éste siempre fue un  propósito bueno. 

Esta cosmovisión de la vida, la historia y la humanidad nos llama a ser conscientes de nuestra  profunda necesidad a causa de nuestra maldad, pero también del tremendo amor de Dios y  del costo que fue pagado por nuestro rescate, costo que no debes despreciar.

Hoy es el momento en que debes detenerte y volver a comenzar. Pero ya no solo, sino  caminando en el Reino de Dios, bajo sus principios y disfrutando de su amor y dirección. Todo  comienza entendiendo esta verdad y disponiendo tu corazón a arrepentirte y creer que Jesús  es realmente suficiente para tu salvación. Pedí a Dios por tu salvación. 

No dejes de contactarnos para que podamos ayudarte y guiarte en este nuevo camino.